Una posible lectura de los números en Andalucia

La primera impresión de lo que pasó ayer es que, de haber ganado el Sporting, el Domingo hubiera sido un día redondo; como el otro punto se lo llevó un equipo andaluz, vaya una alegría – o una pena – por la otra.

Otra segunda impresión, después de jugar un poco con los números, comparando con lo que pasó en 2012,  es que  la estupenda victoria de Susana Diaz en las elecciones al Parlamento andaluz da pie a muchas conjeturas.

Veamos algunas:

Yo creo que Ciudadanos, con sus 9 puntos porcentuales holgados,  ha recogido mayoritariamente el voto de centro derecha que le llega desencantado del PP. Si esto fuera así, habría otros cinco puntos porcentuales,   de los 14 perdidos por el PP, que se habrían  ido a otro sitio.

El otro partido que crece es Podemos. Podemos se ha venido autocalificando de partido transversal, ni de izquierdas ni de derechas. Yo eso no lo compro y, quien seguramente no lo ha comprado tampoco,  es el electorado andaluz: la cabeza de lista pasó por IU y salió para irse  hacia partidos y movimientos más a la izquierda; eso es legítimo pero, a la vez, me hace dudar, muy mucho, de que haya atraído hacia sí esos 5 puntos adicionales que le han desaparecido al PP

Lo que parece claro es que, de los 15 puntos que ha obtenido Podemos, 5 se los ha entregado  IU y, si del resto, otros 9 puntos,  no le han venido en parte del PP… ¿Cuál o quien es el partido contribuyente?

Con todos los matices que uno quiera incorporar, y uno o dos puntos arriba, o uno o dos puntos abajo (por la mejora en la participación y menos votos a los partidos sin representación parlamentaria) lo que a mí me sale es que, el PSOE, que ha perdido un global de 4 puntos, se habría  beneficiado con 5 que le llegaron de abandonos del  PP y por otra parte, y esto también es muy importante, habría cedido 9 puntos a Podemos.

Es como si los 47 escaños que ha mantenido el PSOE se han pasado a apoyar en una masa social más de centro y menos de izquierdas. En otras palabras: si el electorado del PSOE fuera un cuerpo haciendo equilibrios habría desplazado un poco su centro de gravedad hacia la derecha.

Si estas conjeturas fueran acertadas – si las leyera algún politólogo experto igual se hacía cruces – la valoración no es ni buena ni mala; simplemente abunda en lo que todo el mundo sabe: que el PSOE tiene que mirar para los dos lados, antes de ponerse a cruzar, pero poniendo más atención hacia los vehículos  que le vienen por la izquierda.

Ciudadanos se nos presenta como un partido de centro derecha, moderno y con el expediente limpio. En ese espacio político es posible que sea el PP el que más tenga que perder.

Por otra parte, y a medida que los líderes de Podemos vayan entrando  en diversas instituciones – por sus obras los conoceréis –  el perfil ideológico de la gente que les siga votando irá perdiendo  gradualmente la hipotética transversalidad, basculando claramente hacia la izquierda de la izquierda.

En otras palabras, y a mi modo de ver, cuando lleguen las elecciones generales a finales de este año, el daño que le pueda hacer Podemos al PSOE no vendrá de la confusión, ni de que nadie crea que Podemos es lo que no es; para entonces, por lo que sus representantes hayan venido haciendo o diciendo en el parlamento europeo, el andaluz o en los municipios y comunidades a las que accedan en Mayo, la mayoría de nosotros sabrá claramente de que van; el daño entonces, si lo hay, vendrá de que, frente a la desigualdad, los desahucios, el paro,  la pobreza o la corrupción, por solo mencionar algunas de las cosas terribles que aún nos duelen a los españoles,  el discurso de Podemos sea,  para una cantidad notable de ciudadanos,  más creíble que el del PSOE.

Y ahora viene la parte en la que yo me atrevo a dar los consejos que nadie me pide:

Si de mí dependiera, haría que se dedicase  todo el tiempo que aún queda, cada vez menos,  para hacer pedagogía: dejar de atacar a los demás por sus defectos y abandonar esos rifirrafes estúpidos que acaban en el odioso “y tú más”; y dejar de apoyarse tanto, como hacen algunos próceres, en lo mucho que se hizo en el pasado: los ciudadanos que nacieron con la democracia  lo que necesitan conocer y entender   es lo que el PSOE es capaz de hacer ahora, en el presente.

Y, por supuesto, ese ejercicio didáctico de explicar en qué consiste ser socialdemócrata en el siglo XXI debe de venir acompañado de hechos propios, de ejemplos prácticos, y no solo de palabras. No sé ni donde ni quien está hoy al cargo del pensamiento y las  estrategias en el PSOE, pero tiene mucho espacio para la mejora.

O sea, victoria de Susana Diaz,  sí: donde había 47 escaños sigue habiendo 47 escaños,  y eso es un gran logro para el socialismo andaluz y el socialismo español en general, por el que hay que felicitarles y felicitarnos, pero no será suficiente para llegar a la Moncloa.

Los dirigentes actuales del PSOE tienen que hacer un ejercicio de ajuste similar e inverso  al que han hecho ayer  los votantes socialistas andaluces: escorarse un poco hacia la izquierda.

PP, ¿el defraudador?

Desde que tengo uso de razón (tributaria) no supe nunca de que Hacienda te aceptase una desgravación,  o cualquier otra ventaja fiscal, si no habías seguido,  estricta y milimétricamente, el condicionado legal. Cualquier inspector de los que yo conocí, y de los que conocían mis amigos y colegas, hubiera negado el beneficio de la exención fiscal a las donaciones que recibió el PP, por no ajustarse éstas a la Ley.

Los argumentos que ha esgrimido estos días la Agencia Tributaria para alinearse con las tesis del PP son, cuando menos, impúdicos. También algo desvergonzados y un puntito cínicos…  tirando a obscenos: Mira tú que decir que, el dinero negro que se repartió en sobres y pagó reformas y campañas electorales, es del mismo cariz que un eventual  dinero negro que Caritas usase en dar de comer a mil niños. ¡Qué cuajo!

Para los que no sois mis amigos en Facebook:

Caritas,  con mil niños pobres
a los que dar de comer,
no tiene nada que ver,
con lo que el PP repartió en sobres
¡Ah!, un par de adjetivos más: vomitivo y asqueroso.

Ahora bien: esperemos a la valoración final de la justicia, que puede haber sorpresas.

No las habría si yo,  o tú,  empeñásemos todos nuestros ahorros, o incluso nos hipotecásemos, para poder sostener,  durante años,  una disputa con Hacienda hasta llegar al Supremo.  Lo más probable es que perdiésemos el pleito, más intereses y multas, junto con los honorarios de todos los que nos asesorasen y nunca, NUNCA, se inauguraría con nosotros otra doctrina Botín.

Así que no queda otra que concluir que, si hay una palabra cuyo significado más se aleja de la realidad, esa palabra es TODOS: Ni Hacienda somos TODOS, ni la  justicia es igual para TODOS y, de los tribunales y sus tribunos, se pueden esperar las sentencias más peregrinas.

Ojo al parche y no adelantemos acontecimientos.

Mi salud

A través de las diversas chorradas que escribo en este blog, muchos – si se puede llamar  muchos a los cuatro amigos y amigas que me leen – ya estáis al tanto de por dónde me aprietan los zapatos, ideológicamente hablando;  sin embargo, de lo que he hablado poco, y creo que es importante que lo haga  para que alcancéis una idea cabal de como soy yo, como individuo completo con su soma y su psique, es de mi salud; así que hoy debo de hablaros  de cómo me preocupo por ella.

Lo último ha sido el café: el café es bueno, muy bueno; yo tomaba café descafeinado para desayunar y uno normal corto para espantar la pereza del pigazu de después de comer (pigazu: cabezada para los no iniciados en la fala astur); me preocupaba su efecto sobre la tensión arterial y el que la cafeína – ¡coño, todo lo que acaba en “ina” parecía malo – creaba adicción.  Ahora sé que tomar de tres a cinco tazas al día te rejuvenece, te aleja del alzhéimer y, como mucho, ralentiza  algo la asimilación del calcio.

Conclusión: Desde ya he decidido desayunar con café de verdad, tomarme otro a media mañana y, el de después del pigazu, pasarlo a doble.

Antes del café ya tenía claro lo bueno que era el vino tinto. Incluso un día,  hablando con el urólogo, por ese miedo que tenemos los varones entrados en años al cáncer de próstata, me dijo que un buen antídoto,  para ese mal y otros muchos, era el vino tinto. Le pedí que me lo recetara formalmente, por si no me creían en casa; se sonrió, pero no lo hizo: faltoi valor.

Yo, normalmente, solo bebía algo de vino los fines de semana; a partir de ahora lo beberé todos los días y, aunque el efecto antioxidante se irá viendo, según creo,  con el paso de los años, ya hay una virtud del vino que tengo muy clara: contrarrestará a la perfección el tremendo espabile con el que llegaré al final del día por culpa del café.

Es decir, a la hora de ir para la cama, anticipo que sentiré  una compleja sensación de somnolencia nerviosa, o de excitación aletargada que, con cerca de setenta años, no tendrá más horizonte que el de pelear contra  la almohada.

A estas dos bebidas, el café y el vino, he de añadir otra que encandilaba a un tío mío de San Sebastián: el chocolate. El chocolate es la leche aunque no lleve leche. Te aporta un montón de endorfinas y  flavonoides, igual de buenas para la parte de arriba como para la parte de abajo del organismo: una taza calentita de chocolate amargo antes de acostarse ayudará a nuestro corazón, bajará nuestro colesterol y nos elevará… el ánimo.

A todos estas pócimas mágicas, café, vino y chocolate, hay que sumarle el agua: de dos a tres litros al día y, sin consideramos el poder diurético de algunos de estos líquidos, hay que estar preparado para acudir al baño permanentemente.

Y si pasamos al mundo de los sólidos: las legumbres, en sus múltiples variantes,  no pueden faltar de nuestra mesa ningún día de la semana; el pescado azul, con su omega 3,  ha de comerse a diario también, sin olvidarse de las nueces o de las alcachofas; y de la fruta y de los cereales, que es mentira que engorden, ya sea en forma de pan o de pasta a la italiana, sin dejar de lado el imprescindible aporte vitamínico que nos darán toda clase de frutas y verduras.

Juntándolo todo me salen unos cinco  kilogramos de ingesta diaria, más horas comiendo que las que dedican los elefantes, cagando más que las vacas, meando tanto que se te olvidarán los otros usos que tenía el pito,  y gastando un huevo en el supermercado.

Así que le voy a meter un pequeño ajuste al plan que venía pergeñando: me quedo con lo del vino, me tomo menos café, espacio lo del chocolate, me tomo alguna fruta al día, fabada y cocido de garbanzos de vez en cuando, besugo al horno cuando esté bien de precio en la pescadería,  y, para neutralizar el efecto de tanta bondad, acompañaré el vino algunos días con una tabla de quesos multirracial, asturianos y vascos, castellano-manchegos y navarros, de cabra o de oveja, también de vaca, azules y mantecosos, picantes y suaves, con una buena hogaza de pan hecha con bastante maíz, que tiene menos gluten.

Y si el estómago se torna perezoso, se echa encima de todo lo anterior un aromático gin-tonic con las bayas de enebro que yo mismo he recogido en el monte, por la sierra de Guadarrama, o cardamomo comprado en una tienda pija; y si se ha acabado la ginebra, o si  se me olvidó echarle agua a la bandeja de los cubitos de hielo, también vale una copa de brandy Luis Felipe, que es como alcohol al caramelo;  y  para las noches de nostalgia, un humilde orujo que, lamentablemente, no tendrá ni el color ni los aromas que le daba mi suegro Juan a las mezcolanzas con arándonos que preparaba, años ha, en el Puerto de San Isidro.

¡Ah! ¡Que licores preparaba Juan!  ¡Que anocheceres, a la cálida  luz de la chimenea, dándole sorbitos a aquel brebaje!…

… ¡Qué difícil resultaba encaramarse a la litera de arriba!

¿Así que estábamos hablando de salud?

Lo mejor para la salud es que se vayan del gobierno de España esta tropa de impresentables y empecemos a recuperar esa alegría de vivir  con la que fuimos tan felices antes de la crisis, en aquellos tiempos en los que los que ahora nos aprietan nos empujaban a gastar, o cuando los que ahora desahucian a familias sin recursos,  mandaban a sus empleados a contratar hipotecas hasta en los puticlubs.

La marcha de esta camada de bribones nos traerá más omega 3 que toda la costera del bonito junta.

Una dama elegante

Versión completa de la entrevista hecha por El Mundo Yesterday a Fermín Castrodejar, de 37 años, portero de la Urbanización La Alhambra del Golf de Guadalmina, Estepona.

“A mí no me gusta cotillear. Ya se la fama que nos adjudican a los porteros, pero yo, en particular, sabiendo lo que se, podría haberme hecho de oro contando por la tele como se lo hacen algunos; sin embargo, lo más que acepto son cuatro propinas para ayudar en casa, que la vida está muy difícil.

El otro día, sin ir más lejos, reñí con mi mujer,  empeñada en contarme una historia que no me interesa. ¿Para que quiero saber yo si a los nuevos les han regalado el ático o no? Al parecer, lo que tiene muy intrigada a mi mujer, y a la compañera con que cotillea, es que tipo de favor enorme tuvieron que hacer esta gente, a quien fuese,  para que se lo agradecieran así, con tal generosidad, que el ático de marras puede costar más de un millón de euros.

Como yo tengo acceso a los papeles, que para eso me trato con el administrador, y él me da indicaciones sobre quien es cada quien, lo que han hecho los nuevos ha sido alquilar el apartamento primero,  a un precio muy bueno y, luego, meses después, lo compraron, también a un precio muy bueno. Eso es lo que yo sé y de ahí no se saca esa historia de que se  lo hayan regalado.

Mi mujer y su amiga andan dándole vueltas a que, vamos, lo de precio muy bueno es para escamarse y que, además, se cuenta que alguien compró el ático sin ni siquiera venir a verle y, justo después, ese alguien se lo alquiló a los nuevos. Que el alguien que compró el ático es un extranjero o un hombre de paja, o una sociedad pantalla – será de plasma – y que lo del alquiler era para disimular.

Por lo que de mi dependa, no puedo hablar nada malo de los nuevos. De hecho, la primera vez que vino la señora yo estaba a lo mío; recogiendo por aquí y por allá para tener la entrada a la urbanización en estado de revista. Por aquellas fechas del otoño la ocupación no era mucha o, para mejor decir, la ocupación era casi nula porque mucha, como para aparecer abarrotada, como hay otras urbanizaciones con la piscina llena de críos en verano o jubilados en invierno, eso aquí nunca pasa.

No llevo mucho tiempo aquí desde que mi cuñado me avisó por los pelos de que habían despedido, por listo, o sea, por sisar, al anterior portero. Tuve mucha suerte de que me cogieran; el trabajo es poco y las propinas abundantes. Aquí hay gente de muchos posibles y hay caras que he visto más de una vez en las revistas que tiene Manolo en la barbería. Como dice Ramonín el pescadero, que trabajó seis años en Francia, aquí está la crême de la crême. Creo haber visto, incluso, a una hija del general aquel que murió de viejo hace ya  un montón de años.

Pues bien, a pesar del poco tiempo que llevo trabajando aquí, ya conozco a todos los inquilinos. También conozco sus costumbres y las fechas en las que suelen venir y el tiempo que tardan en marcharse; así que la señora que se bajó aquel día de un cochazo con chofer uniformado era una completa desconocida para mí y nunca había andado antes por la urbanización..

Yo, con solo ver el porte y los andares, ya me dije que me tenía que esmerar con ella. Vino hacia mi muy estirada y  sin dar los  buenos días ni quitarse las gafas de sol, cosa que de mano gustar, gustar, no me gustó, me preguntó por el ático que había quedado vacío semanas atrás. En fin, para que el diablo no se ría de la mentira, lo que me dijo sin ningún rodeo, y con ese tonillo que tienen los que están acostumbrados a mandar, es que sabía que había un apartamento disponible y quería echarle un vistazo.

Cogí las llaves que guardo en la portería y acompañé a la señora hasta el apartamento que quería visitar; se trata de un ático de quinientos metros cuadrados, con unas esplendidas vistas al mar y sé, porque lo estuve fisgando con mi mujer, que está prácticamente nuevo.

La cosa es que la señora miró por aquí y por allá, abrió ventanas,  abrió armarios y paseó por las terrazas; todo lo hizo con mucha calma y daba la sensación de que el ático le iba gustando cada vez más, hasta el punto de que, por primera vez, y al cabo de casi media hora de ir y venir de una habitación a otra,  se quitó las gafas de sol y, sonriéndome abiertamente, me preguntó por mi nombre – Fermín, le dije – y me soltó que iba a hablar con su marido porque quería quedarse con el apartamento; que si se interesaba alguien más por el ático que le dijera que ya estaba cogido, y que me lo agradecería bien.

De aquella yo no lo sabía, pero después me enteré, de que su marido ocupaba un cargo de relumbrón en una Comunidad Autónoma o algo así.

Algún tiempo después, algunas semanas, pero no muchas,  apareció el administrador por la Urbanización y me puso al corriente de como quedaba el asunto del ático: lo había comprado una empresa extranjera – americana, creo – y tendríamos como inquilinos, de alquiler, a la elegante dama que había estado viendo el apartamento,  esposa de un político importante como dije, y sus tres hijas.

Yo no recuerdo que viniera nadie más a ver el ático, pero los de la Agencia habían hecho un catálogo de fotos impresionante, así que, los americanos, seguro que lo vieron por internet.

¿Qué los nuevos estuvieron de alquiler y se comportaban como hacían los que eran dueños, haciendo y deshaciendo con mucho desparpajo? – Pues sí, pero eso para mí no quiere decir nada. ¿Y que el alquiler que pagaban era un chollo?  – Pues seguro que era porque los dueños americanos no conocían muy bien por donde se movían los precios, aquí en Estepona. ¿Y que no tardaron en comprarlo muy barato? – Pues lógico. Es lo que yo hubiera hecho antes de que los americanos se dieran cuenta de que estaban perdiendo mucho de ganar.

Así que, sintiéndolo mucho, ya tengo bastante con mi mujer y su amiga, que son unas pesadas y no paran de criticar a la gente que tienen que servir. Yo creo que es envidia cochina y que, un matrimonio como este pertenecen a otro tipo de gente que hay que aceptar que estén arriba de uno, y no estoy dispuesto a hablar mal de ellos,  y si lo del regalo es verdad que, ¿qué quiere que le diga? yo ya me lo estoy empezando a creer, pero bueno, yo estoy convencido de que habrá sido por una causa buena y se lo han merecido bien, que esos rollos que cuentan de sociedades inventadas en paraísos fiscales es pura novelería, que yo no creo en otro Paraíso que no sea en el que estuvieron Adán y Eva hasta que los echó de allí nuestro Señor.

Sí, sí. Por supuesto. Seguiré votando al PP”

Todo presuntamente

Tengo la certeza moral, sin pruebas, sin otros elementos que alimenten mi raciocinio que no sea el sentido común del que alardea el Sr. Rajoy, de que el lucro que presuntamente ha obtenido el PP de la trama Gürtel es sustancialmente superior a los doscientos y pico mil euros que aparecen en el auto del Juez Ruz.

Con el mismo proceso mental estoy convencido, también tengo la certeza moral, de que la Sra. Mato se benefició de las presuntas trampas de su marido en mucho más que los veintitantos mil euros que se le achacan en ese mismo auto.

De igual manera, tengo la certeza moral, sin prueba alguna, de que los millones de euros que le han pillado a Bárcenas en el extranjero no son solo suyos y que son, muy probable y presuntamente, del propio PP,  que los dejaba bajo la custodia del tesorero, hombre en el que tenían confianza plena, como confirman los propios SMS del Sr. Rajoy.

También me creo a pies juntillas, con una fe que me parece mucho más fundamentada que la que exhibió en la cadena Ser el Sr. Arzobispo de Madrid en la entrevista que le hizo Pepa Bueno, aunque él se refería a la Virgen María, que todos esos millones no le llegaron al tesorero del PP como consecuencia de una generosa y desprendida caridad cristiana de varios donantes, sino que son, presuntamente también, o así yo me lo imagino, aportaciones interesadísimas de algunas empresas a cambio de sustanciosos contratos.

Disculpadme la digresión con lo del  arzobispo; es que se me cruzó por la mente, aparte de sus evasivas  sobre el pisito de Rouco, su razonable  explicación de por qué las mujeres pintaban tan poco en la jerarquía eclesiástica: “Dios, cuando vino a este mundo, vino y se hizo hombre; Es verdad, Dios pidió a una mujer que tuviese la valentía de dar rostro a Dios; esa mujer fue la Virgen María, que es la mujer y el ser humano más excepcional que ha existido”

Chicas, no sé de qué os quejáis,  ahora que se acerca el Día Internacional de la Mujer Trabajadora.

Vuelvo a lo de la Gürtel:

La corrupción que se va a juzgar en el caso Gürtel en un Tribunal que, según parece, presidirá una mujer condecorada por la Sra. De Cospedal – que igual es la representante del PP que tiene que sentarse en el banquillo  por lo de la participación a título lucrativo – es meramente un efluvio de la enorme cantidad de heces que hay debajo. Es la puntita del iceberg. Es lo que se ha podido documentar, según creen la fiscalía y el juez instructor,  de lo mucho que, presuntamente,  hay escondido.

Los millones de Bárcenas son, presuntamente,  el sobrante de todo lo que se recaudó, después de que él se diera la vida padre y repartiese sobres a diestro y siniestro.  Si redondeamos lo encontrado a 40 millones de euros, y estos son el 10 % de lo que se rapiñó y, a su vez, eso era el 3 % de lo contratado, mordida media, el volumen de obra irregularmente adjudicado, siempre presuntamente, sería de unos 13.500 millones de euros, el mismo guarismo, esta vez en años, mira tú que casualidad, desde que se dio el Big Bang.

Y, si imaginamos que esos 13.500 millones de euros en de obra contratada, además de vulnerar la libre competencia – dejando atrás muchas veces las mejores opciones desde el punto de vista técnico – generaron un beneficio extra de, digamos el 20 % – creo que me quedo corto – tendríamos que el pueblo español, es decir, tu y yo junto con unos cuantos pelagatos más, nos hemos visto castigados con cerca de tres mil  millones de euros  de sobre costes en las obras públicas impulsadas, presuntamente, por el PP.

Más la Púnica, más las sedes financiadas en negro en varias ciudades, más lo de Valencia, y el caso Noos, y Baleares con su Jaume Matas, etc.

La verdad es que hay que ser un pelín lelo, o tener un intensísimo  sentido de pertenencia a una determinada clase, u odiar a las otras opciones políticas por causas que se me escapan, para votar al PP sabiendo todo esto. Todo presuntamente.

Y si viniesen, ¿de que tipo serán?

En el año 2003 por fin consiguió Lula da Silva, después de varios intentos, hacerse con la Presidencia del Brasil. El hombre traía a sus espaldas años y años de lucha obrera y, como no podía ser de otra manera, los mercados financieros internacionales, sumidos en la incertidumbre, reaccionaron mal, es decir, con miedo: el dinero es, por definición, miedoso.

Voy a poneros un ejemplo que me tocó muy de cerca.

Una de las características del Brasil de entonces era su laberíntico sistema fiscal, del que vivían espléndidamente muchos despachos de abogados. Era tal el batiburrillo de leyes que muchas se contradecían entre si y las reclamaciones eran una práctica tan extendida y tan habitual que constituían un mundo paralelo y parasitario al sistema principal.

Los honorarios que había que pagar a los asesores eran  muy sustanciosos, cierto era que dependía del éxito, pero se movían en torno al 30 % de la cantidad reclamada. Después estaba el tiempo que había que esperar a que el dinero entrara realmente en el banco de uno.

Cuando aparece Lula da Silva al frente del país, incluso antes, cuando las encuestas anuncian su victoria, las empresas auditoras internacionales asumieron una regla: el estado brasileño entrará en bancarrota,   no satisfará nada de lo que debe y hay que ir dándolo todo por perdido; no importa que haya o no resoluciones judiciales en firme, el nuevo gobierno se las pasará todas por el arco del triunfo.

Cuando antes decía que el ejemplo me había tocado de cerca fue porque, de aquella, nosotros – multinacional alemana –  tutelábamos desde España a una empresa brasileña que se vio obligada a reconocer como perdidos, como inexistentes, como si hubieran desaparecido, varios créditos contra la Administración Pública, por una millonada de euros,  lo que repercutió fastidiosamente en nuestros bolsillos particulares, vía bono anual por objetivos.

¿Qué sucedió finalmente? Pues que los gobiernos de Lula da Silva cumplieron todos sus compromisos, el miedo pasó – otros colegas disfrutaron años después de la reversión de aquellas pérdidas – y Brasil, país maravilloso donde los haya, dio un gigantesco salto adelante en el terreno social. ¿La clave?: Lula da Silva fue paciente y pragmático y no “rompió” nada.

Escuchando hace unos pocos días, por casualidad,  en la tele de un hotel londinense, al sabio José “Pepe” Mujica,  que estaba siendo entrevistado por su salida de la Presidencia de Uruguay, le oí decir que él, o Lula, o Mandela, eran como leones herbívoros: los años de lucha, de cárcel, les habían dado mucho tiempo para pensar y subrayaba Pepe: “Mandela, después de 27 años en la cárcel, no salió blando; salió inteligente”

La entrevista a Pepe Mújica continuó,  llena de mensajes sabrosísimos por parte de un hombre, un anciano de ochenta y cinco años, que está por encima del bien y del mal. De cuando en cuando había que tolerar descansos impuestos por la emisora que lo estaba transmitiendo, Tele Sur de Caracas, el único canal, junto con Euronews, que se podía pillar en español. Se hizo muy tarde, pero era igual; mereció la pena.

Así que, Pepe Mújica, sabiduría, templanza, sosiego, pragmatismo  y un dolerse de que no había podido hacer más, todo lo que hubiera querido,  porque  el estado de derecho,  pesado y complejo, le había puesto límites también a él, porque él no había sido ni un caudillo ni un monarca: “la democracia es así, hay que convivir con la discrepancia, y es lo mejor que se ha inventado hasta ahora”

Y, en los descansos de la entrevista, y algo que ya había visto antes, y más que vi después, Nicolás Maduro, mitinero paranoico, con fotos de Hugo Chaves detrás, su Ecce Homo, luchando contra un  mundo que los persigue, encarcelando opositores so pretexto de complots y golpes de estado, y dilapidando las riquezas naturales de otro país maravilloso, por culpa de unas políticas torpes y populacheras.

Pepe Mújica también destacó más cosas, como las divisiones en la izquierda, que habían causado daños históricos enormes.

Y aquí viene la pregunta:  ¿Estos chicos, los que han estado asesorando a algún caudillo de por allí, si ganan, de que vendrán, de Lula, de Pepe, de Mandela, o de Chaves y Maduro?