A quien votar (II)

Nunca las segundas partes fueron buenas, pero no puedo desoír el clamoroso reclamo de mis lectores, así que voy a desarrollar en las siguientes líneas, con la misma metodología utilizada en la primera entrega, la lista de interrogantes que suscitan algunos asuntos públicos. Una vez más, las respuestas que nosotros mismos nos demos serán una buena guía para votar si aún estamos entre los indecisos.

CAMBIO CLIMÁTICO

Muy de moda estos días aunque, hace ya cuarenta años,  según descubren  investigaciones recientes,  la compañía petrolera Exxon estaba al tanto del problema de los gases de efecto invernadero sobre el cambio climático y gastó millones de dólares para promover la negación del mismo. Los negacionistas cada vez son menos, ante la acumulación  de evidencias y, casi siempre, han estado ligados a intereses espurios, como los de la  Exxon.

¿Quiénes han estado haciendo chanzas, primos incluidos, sobre el cambio climático? ¿Hay que creer todas las promesas que se nos están haciendo sin valorar, a la vez, la actitud que se ha venido teniendo sobre este tema? E, incluso, dispuestos a perdonar errores personales del pasado, ¿Quiénes nos parecen más convencidos de que lo del cambio climático es un problema muy serio?

LAICIDAD

Vemos con estupor, por no decir espanto, como en algunos países se impone la ley de la sharía con reglas durísimas que castigan con la pena de muerte la blasfemia o el adulterio. Bien, ese no es nuestro caso, “gracias a Dios”. Aquí, aunque tuvo que ser Napoleón Bonaparte quien la aboliera por primera vez en 1.808,  la Santa Inquisición española,  después de varios  “quita y pon”, quedó definitivamente suprimida en 1.834. Es decir, son cosas que han quedado atrás, pero no tan lejos.

¿Es bueno que las leyes de un Estado lleven una impronta religiosa en temas tales como los derechos civiles de las personas: libertad de expresión, derecho de familia, sexualidad, etc.? ¿Es bueno que el pensamiento religioso condicione la investigación científica? ¿Es bueno que la educación de nuestros hijos tenga que pasar por el filtro de una fe religiosa, cualquiera que ésta sea? ¿Qué partidos nos transmiten que les parece cosa buena la laicidad en  un estado como el español?

AMINISTRACIÓN DE JUSTICIA

Vivimos en un país en el que se puede maldecir a alguien diciéndole “pleitos tengas y los ganes”, lo que demuestra la inteligente percepción del refranero popular sobre lo poco bueno que cabe esperar de la Justicia. Para que en España uno se meta en pleitos tiene que estar muy seguro de  dos cosas: a) que tiene dinero suficiente para soportar la batalla que puede ser muy larga (Justicia lenta y cara) y b) que las probabilidades de ganar sean muy altas y que se logrará del perdedor el cumplimiento efectivo de la sentencia.

¿A quién vemos que pueda darle a este país una Justicia verdaderamente gratuita accesible a todo ciudadano que sienta lesionado alguno de sus derechos? ¿Habrá algún partido que, de verdad, cuando gobierne, asigne recursos suficientes a una Administración de Justicia actualmente desbordada? ¿Conocemos de algún partido que ya haya tomado – o propuesto – medidas que acrediten su claro posicionamiento en favor de la independencia de los jueces? ¿Habrá alguien que impida que la suerte de un proceso sobre corrupción dependa de ciertas carambolas, siempre con un trasfondo político detrás?

EDUCACION Y SANIDAD

Sin mucha seguridad de que esté bien traído lo de  “mens sana in corpore sano” como justificación de tratar estos servicios públicos conjuntamente lo cierto es que, para cualquier ciudadano con responsabilidades familiares, la salud y la educación de los suyos – una vez que haya tenido una cena que ofrecer  y un techo bajo el que dormir – es esencial. Si te falla lo primero – la comida y el techo – apaga y vámonos, pero supuesto que esa aberrante injusticia este aparcada  – lo que desgraciadamente no es totalmente el caso en España –  el que veas crecer a los tuyos fuertes y sanos y con opciones de poder desarrollar todo su potencial educativo, es una aspiración de lo más legítimo.

¿A quién vemos más cerca del objetivo deseable de que ambos servicios públicos sean total y absolutamente gratuitos? ¿A quién vemos creyéndose sinceramente el que no debiera de haber saludes y educaciones diferenciadas según el poder económico de cada familia? ¿Es bueno para esta causa la mercantilización sin cortapisas de la educación y de la sanidad?

MISCELANEO

Podríamos prolongar esta reflexión hablando de:

El  ejército, y su privilegiada impenetrabilidad para el mundo civil.

La formación de equipos en los nuevos partidos, y la llegada de arribistas de dudoso pedigrí.

La Cultura, y su resistencia al adoctrinamiento.

La memoria histórica, y de las fosas sin dignidad.

La Ley de Dependencia, y de quiénes salen de las lista de espera por haberse muerto.

La lista podría será todavía más larga, pero prometo que no habrá una tercera entrega. La pregunta es: ¿A quién vemos con el ánimo y la capacidad de ponerle el cascabel al gato?